Los trastornos a
nivel neuropsicológico tienen que ver con modificaciones en los procesos cognitivos
superiores. Estas aliteraciones o modificaciones se pueden presentar a causa de
diferentes factores como son genéticas o adquiridas a lo largo de la vida de la
persona. La baja escolaridad, bajos recursos económicos y con ello una
alimentación no adecuada son factores que ponen en riesgo a personas de tener
déficits neuropsicológicos como habilidad intelectual general, orientación y
atención, funciones lingüísticas, funciones espaciales y visoperceptuales,
habilidades viso-motoras y construccionales, memoria, razonamiento conceptual.
Cuando la cognición como habilidad intelectual se ve
afectada, se puede hacer un análisis neuropsicológico de los problemas en el
aprendizaje escolar, en donde, de acuerdo a la propuesta de Luria (1973) (“PROBLEMAS EN EL APRENDIZAJE ESCOLAR Luis Quintanar
Rojas y Yulia Solovieva RESUMEN,” n.d.), el análisis neuropsicológico
se lleva a cabo a través de una unidad
particular, a la cual Luria denominó “factor neuropsicológico” (Tsvetkova, 2002). Con este término se
entiende el resultado del trabajo de una zona o de un
conjunto de zonas cerebrales (Mikadze y Korsakova, 1994). A los factores
también se les puede
entender como eslabones
del sistema funcional
complejo, el cual
subyace a una
u otra acción
que realiza el
sujeto. Así, el
objetivo del análisis
neuropsicológico es valorar
el estado funcional
de estos factores,
como eslabones de los elementos
que garantizan la ejecución de
las acciones escolares.
La condición
necesaria para este
tipo de análisis
es considerar al
proceso de aprendizaje escolar como un sistema de
acciones que realiza el niño. En otras palabras, el aprendizaje se debe considerar como la
actividad del niño, en la cual el neuropsicólogo debe valorar el nivel neuropsicológico, al
cual originalmente Luria (2000) se refería como
el nivel psicofisiológico de
la actividad humana.
Desde este punto
de vista, el
objeto de análisis
del neuropsicólogo no
sería la memoria
o la atención
del niño, como
funciones independientes, sino
las acciones escolares básicas de lectura, escritura y cálculo.
Uno de los
principales problemas psicopedagógicos en Sudamérica es el efecto de la pobreza
y carencia de educación en los sectores más pobres de la población y de las
familias, lo cual afecta el desarrollo cognitivo y verbal de los alumnos que
ingresan a las escuelas públicas. Este déficit impide que muchos niños aprendan
a leer, escribir o calcular dentro de los plazos programados, y se configure un
grupo muy numeroso de “escolares lentos” que con frecuencia son confundidos con
retardados mentales leves. En consecuencia, uno de los primeros trabajos que
hubo que efectuar fue crear o adaptar técnicas psicométricas de evaluación y
diagnóstico que permitieran detectar a los alumnos con trastornos específicos
de aprendizaje y distinguirlos de los niños cuyo rendimiento estaba originado
en factores socio culturales o pedagógicos.(Solís & Gutierrez, 2012)
Los niños que
viven en pobreza son definidos en algunos países desarrollados como “minorías
sub culturales”, en comparación con la mayoría de alumnos que disponen de
recursos económicos y culturales que les han permitido lograr un desarrollo
cognitivo cuando ingresan a la escuela y una motivación suficiente para el
aprendizaje escolar. En nuestros países sudamericanos los niños que viven en
pobreza constituyen una mayoría, y esa pobreza no sólo afecta a los alumnos y a
sus familias, sino también a la calidad de sus escuelas. Como consecuencia, el
rendimiento escolar es insuficiente y muchas veces su lentitud para aprender se
confunde con trastornos específicos del aprendizaje o dislexias.
Algunas
investigaciones comparativas muestran que las habilidades verbales y
fonológicas entre niños de escuelas públicas gratuitas y de escuela privadas
pagadas tienen un desfase inicial desde Kindergarten y primer año básico, antes
que las escuelas puedan intervenir en superar las diferencias.(Valdivieso, Cuadro, Mejía, & Eslava, 2009)
Los niños que
crecen en contextos de pobreza encuentran numerosas dificultades en el proceso
de alfabetización (Diuck, 2003; ANEP, 2002; Bravo, 1995). Estas se manifiestan
en los problemas que enfrentan en su trayectoria escolar pero también en el
fracaso implícito en el bajo nivel de alfabetización que alcanzan aun cuando
logren superar las dificultades iniciales (Borzone & Rosemberg, 2000;
Marchant, Lucchini, y Cuadrado, 2007). En los países de América Latina, la
frecuencia con que se observan las diicultades para aprender a leer constituye
un problema grave de la educación, especialmente en los sectores económicamente
débiles (Bravo, 1995).(Cuadro, Ilundain, Puig, Cita: Cuadro, &
Aprendizaje, 2009)
Para el
desarrollo de una evaluación neuropsicológica se puede recurrir a diversos
instrumentos. El empleo de los tests, tanto los que provienen de la psicometría
clásica como los que lo hacen de la propia neuropsicología, es muy diferente
según se trate del campo de la investigación o del campo de la aplicación
clínica (v.g. Benítez, 2006; Ygual, 2003). La diferencia principal se halla, en
que en los estudios de investigación nunca se usan los tests como instrumentos
de medida estandarizados. La evaluación neuropsicológica flexible implica la
selección de un conjunto de pruebas que se adaptan a los problemas y
necesidades del paciente que será evaluado. Peña, Hernández y Jarne (1997)
destacan de esta evaluación numerosas ventajas, entre ellas que permite omitir
la redundancia, evaluando las funciones requeridas, además, permite incorporar
hallazgos de nuevas investigaciones para ponerlos a prueba. (Bausela, 2008)
“Cabe
cuestionarse si el modelo ideológico que el estudio neurocientífico de la
pobreza propone en la actualidad es único, y si es necesario generar un debate
para modificar este abordaje en función de las necesidades específicas de cada
comunidad y sociedad. En este libro sostenemos que la neurociencia tiene que
involucrarse en las consecuencias éticas de las evidencias que produce […].
[U]na agenda neurocientífica de la pobreza deberá considerar que la finalidad
de todas sus aplicaciones no es generar ‘consumidores ejecutivos’, sino
verdaderos sujetos de derecho, cuyos proyectos de vida se basen sobre una
identidad subjetiva y cultural que trascienda las imposiciones del mercado”
(pp. 188, 191).(Nicol, 2016)
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